Cuando hablamos de maltrato infanto juvenil hacemos referencia a “Cualquier acción, omisión o trato negligente, no accidental, que prive al niño, niña o adolescente de sus derechos y su bienestar, que amenacen y/o interfieran su ordenado desarrollo físico, psíquico y/o social, cuyos autores pueden ser personas, instituciones o la propia sociedad.”
Ciclo del maltrato infantil
Las expectativas de los padres no son otras que aquellos explícitos e implícitos sociales Los padres esperan de sus hijos aquello que la cultura y su propia decodificación de ella les indica. De este modo la idea del hijo como propiedad y el derecho de los padres a corregirlo, coexisten con un modelo de niño libre, que expresa sus necesidades y hace sentir sus derechos.
Los padres tienen una idea de cómo quisieran que fuera su hijo y de cómo quisieran ser elloscomo padres para poder realizarse en el marco de los valores que indica la sociedad actual. También se sienten dueños del niño y esperan obediencia total; les es imposible pensar que un niño o niña no pueda cubrir determinadas expectativas, y lo traducen como un “no me quiere”. La contradicción se encuentra en marcha.
En consecuencia, los padres se frustran. No logran implementar los recursos para obtener la clase de hijos que buscan. La impotencia los invade y el golpe llega como un recurso para imponer, por superioridad física, aquello que buscan obtener, y también como forma de reafirmar el lugar del poder.
A partir de aquí se renuevan las expectativas de los padres y un nuevo circuito se pone en acción. Podemos puntuar el inicio de la secuencia desde la “incapacidad” de los padres o desde la “provocación” del niño. Ambos subsistemas se encuentran indisolublemente unidos.
Algunas características del perfil del abusador de menores
No violentos. Emplean la persuasión, engaño o presión para someter a la víctima, basándose en su relación de autoridad y poder (adulto, padre, maestro). Éstos a su vez, se subdividen en otros dos grupos en función de la exclusividad de su preferencia sexual:
Pedófilos exclusivos: preferencia sexual exclusiva hacia los niños.
Pedófilos oportunistas: Mantienen actividad sexual con adultos y en determinadas circunstancias abusan sexualmente de los niños.
Violentos. Los que emplean la sorpresa o la violencia para someter a las víctimas. Son responsables de lesiones y muertes. Su conducta obedece a la búsqueda de sensaciones y a su propia satisfacción.
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